El último poblador de A Pasaxe cumple cinco meses de resistencia

El último poblador de A Pasaxe cumple cinco meses de resistencia
El poblado chabolista de A Pasaxe, en una imagen reciente | martín regueiro

Se cumplen estos días cinco meses desde que el poblado chabolista de la Conservera Celta, junto al puente de A Pasaxe, quedó vacío a excepción de un único individuo, acompañado de dos de sus hijos, sin que la situación tenga visos de solucionarse. El Ayuntamiento reconoce haberle ofrecido el traslado a siete localizaciones distintas en régimen de alquiler, sin que el interesado haya aceptado ninguna, pero todavía no ha decidido dejar la situación en manos de Demarcación de Costas, la entidad responsable del dominio público marítimo-terrestre, lo que implicaría un desalojo forzoso.


Los representantes legales del chabolista aseguran que este fue contactado por el Ayuntamiento para celebrar una reunión que pudiera servir para romper esta situación, pero este se habría negado supuestamente porque no le habrían permitido estar acompañado de sus asesores. Desde el Ayuntamiento siempre han señalado que el interesado no se encuentra en una situación legal, y que está obligado a marcharse. Para la Concejalía de Bienestar Social, sería deseable que esta marcha se hiciera en las mejores condiciones, ofreciéndole una alternativa. El problema es que no quiere ninguna de las que le ofrecen las trabajadoras sociales.


Problemas de salud

La razón de que el chabolista no quiera marcharse es que no soporta los pisos. “Ya estuvo en uno, en Labañou, y le provocó depresión y ansiedad”, aseguran sus representantes legales. Tiene problemas de salud y su profesión, cuando puede ejercerla, es de chatarrero, así que necesita espacio, como una casa con terreno anexo, pero el Ayuntamiento no está dispuesto, por lo menos hasta ahora, de ofrecérsela.


Desde Bienestar Social señalan que conocen las condiciones de cada habitante, y que siempre han intentado buscar una salida personalizada a cada problema. Esta solución, hay que señalar, siempre ha consistido en un piso de alquiler, subvencionado por el Ayuntamiento. En un principio, esta ayuda es temporal, pero conviene recordar que de los casi treinta chabolistas de Penamoa, hace diez años, siguen cobrando a día de hoy las mismas ayudas, de manera que esta situación puede prolongarse mucho.


Por su parte, los representantes legales recuerdan que llevan años intentado reunirse con el Ayuntamiento para tratar de llegar a un acuerdo, y han tenido que presentar recursos para defender los derechos de su cliente, lo que puede demorar aún más la salida de este del terreno, que por el momento comparte con sus hijos, rodeado de escombros y desechos y donde todavía se producen de cuando en cuando quema de chatarra.

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