Maruxa Seijas es historia viva de los siglos XX y XXI, de los tiempos de la Segunda República, dado que nació un 12 de abril del 1925, y de la represión de la Dictadura franquista, de los tiempos de la guerra civil  y de la postguerra, en la ciudad de A Coruña. Nació en el nº 19 da Silva, delante de la Ganadería, donde se encuentra hoy el Centro Cívico del barrio Agra do Orzán. Y es también memoria viva de la actualidad, dado que su capacidad de recuerdo sigue en activo. Y tal es así que compartirá sus recuerdos con los más jóvenes, por medio de una entrevista de los alumnos y alumnas de la clase de Oratoria de 4º de la ESO del instituto del barrio.

Recuerda el populoso barrio obrero da Silva, Cances, A Moura, A Fontenova.... y los habitantes que estaban y ya no están. Amigos que se fueron, chicos asesinados por el franquismo, casas que vivieron el hambre y las penurias,  hermanos que sufrieron tormentos y cárcel...Vecindario que pagó caro su atrevimiento de querer vivir en libertad, o aprender en el ateneo libertario “El resplandor en el abismo”, muchos simplemente a leer y escribir y lo pagaron con cadena y muerte.

Muchas víctimas, entre otros el fundador del centro libertario de la Fontenova, José Boedo López, padre del conocido cantante Pucho Boedo, así como los amigos de sus hermanos, Arturo Meirás, Holando Mosquera Rodríguez, Fernando Pombo Segade, que pagaron con sus vidas el atrevimiento de estar sindicados en la CNT, por el bien de su futuro económico y social y de su sociedad, ya en los primeros tiempos del golpe de estado fascista.

Luego,  en el 1937, perdió también a sus amigos y conocidos Luis Lafuente Naveira, Francisco Díaz Moreno, así como José Antonio Boedo Nuñez, hermano de Pucho Boedo. Padeció toda su familia, como ejemplo, la muerte del suyo tio Alejandro Basilio Palacios, marido de su tia María, asesinado en julio de 1937, y ella encadenada en la cárcel provincial.

Sus propios  hermanos, Fernando y Marcelino, así como José Añón, Enrique Roca Gantes, Arturo Valeiro Casares, Manuel “Taleche” Díaz Moreno ... sufrieron largos años de cadena, después de marzo de 1947. Su hermano Argimiro padeció el “turismo carcelario” por los penitenciarios del Estado durante muchos años.  Y en los campos de exterminio nazi quedó su cuñado José Alvedro.

Maruxa recuerda el día del golpe militar fascista, recuerda la huida de familias enteras hacia Bens, Meicende..., andando con sus hijos. Es pues un reflejo del que sigue sucediendo hoy, de las masacres en las que sufren los de siempre, los que nada tienen, salvo un empleo miserable y una familia. 

Pero Maruxa es también memoria viva de los verdugos, de los colaboradores de la Falange, de los militares golpistas y de la guardia civil. Y hasta de la Iglesia, que bendijo la “Cruzada” y pretendía doblar a su padre, Eugenio, que murió sin bajar la cabeza, y que les enseñó a la familia a necesidad de erguirse ante las desgracias causadas por la Dictadura.  

Y siempre, y ya van más de 20 años, colaboró con la entidad de memoria histórica. Con eterna gratitud cara ella, compartimos un tiempo con la gente joven, para que sirva de ejemplo de lo que debería haberse hecho, por lo menos hace ya 50 años, finalizada la Dictadura oficialmente con la muerte del responsable de tanta maldad.  

Pero no todo iban a ser desgracias. También hubo un barrio divertido, que tenía en la Praciña  da Silva sus “caballeteros”, teatro, y hasta cine de los Edmundo y Solla, así como un carnaval característico, en el que su marido, “El Queleré”, articulaba coplas, y se disfrazaban chicos y chicas, rompiendo con las limitaciones moralistas del régimen fascista por unos días.