Largas colas y premios cuantiosos en los roscones de Reyes coruñeses

Largas colas y premios cuantiosos en los roscones de Reyes coruñeses

En la víspera del día de Reyes las pastelerías más populares de A Coruña atienden a numerosos clientes que no se quieren quedar sin su roscón, un dulce que este año en el municipio coruñés de Oleiros alcanza un premio de 800 euros.


No es que se hayan vuelto locos, pero en la Panadería Lorbé cumplen este mismo miércoles 75 años y no hallaron mejor forma de celebrarlo que la de obsequiar a sus fieles clientes con grandes premios escondidos en el interior de dos roscones: uno relleno de 500 euros y otro de 300 euros.


No cabía esperar menos de un agradecido negocio familiar que cada año regala 100 euros en uno de sus dulces de Reyes y hace gala de esta ocasión especial multiplicando su agasajo.


Gumersindo Porto y María Montero contrajeron matrimonio el 4 de enero de 1947 y, sin un minuto que perder, al día siguiente fundaron la afamada Panadería Lorbé, que ya ha sido regentada por tres generaciones de artesanos.


“En esta zona nuestro roscón es muy conocido y la panadería tiene muchos años.


Por eso, queríamos darles un premio a los clientes, por comprar aquí, y este año hemos decidido ampliarlo”, cuenta entusiasmada María García, nieta de los primeros dueños del establecimiento.


Calcula que harán un millar de roscones y explica que su idea es que una de las tarjetas plastificadas que esconde una gran cifra salga este miércoles y la otra el jueves.


Por si la sorpresa económica fuera poca, darán también un jamón y una estancia en un balneario, a cargo del programa ‘Fun polo aire’ de la Televisión de Galicia.


Todo ello acompañado de un arduo trabajo, porque tanto María como su pareja Áxel Pérez y el resto de los empleados llevan días sin dormir dada la cantidad de trabajo.


“Nos han ofrecido vender a supermercados nacionales. No nos interesa, queremos un producto artesano y cuidar la elaboración”, asegura esta panadera, cuyo establecimiento es también apreciado por sus empanadas.


No es esta la única pastelería popular por su dulce en el entorno, pues en la ciudad de A Coruña las colas para hacerse con un roscón de la confitería Glaccé se prolongan unas dos horas.


Aunque este local, ubicado en la calle Menéndez Pelayo, abre a las 9.30 horas, los coruñeses ya esperaban en la puerta desde antes de las 8.00 de la mañana con paraguas en mano.


“Esto es auténtico, todo natural, artesano y hecho a diario. Por eso hay las colas. La gente está esperando a que salgan para llevárselos calentitos”, señala en declaraciones a Efe Mari Carmen Gómez, la regenta de esta confitería.


Los secretos de su éxito son “el trabajo diario de gente con experiencia” y una materia prima “inigualable”, desde los huevos hasta la mantequilla, la harina, el azúcar, la leche y la fruta.


Tanta es la fama de este negocio fundado en 1964, que en estos días incluso entró un hombre procedente de Suiza: “Hizo el viaje voluntariamente para venir a por el roscón”, afirma Mari Carmen.


Pese a la pandemia, las ventas son cuantiosas. Eso sí, han tenido que reducir un poco el tamaño, pues “ya no se reúne tanta gente en una casa”.


Sin embargo, sean muchos o pocos, los coruñeses disfrutarán este día de Reyes, no sin esfuerzo y espera, de su roscón artesan

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