Los vecinos de la asociación de padres del colegio María Pita vienen denunciando desde hace tiempo que, sobre todo durante los fines de semana, numerosos adolescentes se cuelan en el recinto del centro para hacer botellón y otros actos vandálicos, como pintadas. “El problema que tenemos es que hay un muro, que es muy bajo, y después hay una valla metálica a mayores pero solo en cincuenta metros, cuando el perímetro del colegio es mucho más grande y saltan de cualquier manera, porque es muy fácil. Pedimos que nos pongan una valla en todo el perímetro del centro, como sucede, por ejemplo, en el colegio San Francisco Javier”, explica Alberto Fernández, miembro del AMPA.
Ayer, la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, daba respuesta a estas quejas. “El Ayuntamiento va a exigirle a la Xunta, que es quien tiene las competencias, que acometa ya el arreglo de ese cierre perimetral para resolver esos problemas que vienen denunciando tanto la AMPA como la dirección del centro”, aseguró. “Estas situaciones entrañan riesgo y daños para los usuarios y para los niños. La Xunta de Galicia tiene que apostar por la educación pública, y eso también pasa por el mantenimiento de sus centros educativos”, añadió la regidora.
Así, Inés Rey defendió la gestión realizada por el Ayuntamiento en los últimos años en relación a este asunto. “El Ayuntamiento, ante la incomparecencia de la Xunta en la ciudad, ha asumido durante muchos años competencias impropias, algunas relativas al mantenimiento de los centros educativos, pero en lo que atañe a reformas estructurales, quien debe encargarse es la Xunta. Ya es hora de que cumpla con la ciudad”, afirmó.
En todo caso, la alcaldesa confirmó que desde el Ayuntamiento se seguirá trabajando en resolver el asunto dentro de sus posibilidades. “Por supuesto que seguiremos reforzando la vigilancia en la zona”, concluyó la alcaldesa.