La Cocina Económica comienza una nueva etapa con otro comedor

La Cocina Económica comienza una nueva etapa con otro comedor
El nuevo aspecto del comedor de la Cocina Económica | quintana

Como recuerda el propio administrador, Óscar Castro, pocas instituciones subsisten en A Coruña con tanta solera como la Cocina Económica, que cuenta ya con 136 años de historia. Sin embargo, también para entidades como esta es válido el dicho de renovarse o morir”, así que estos días los usuarios que acuden a comer diariamente ya pueden disfrutar de un comedor completamente nuevo. Y con un aire sueco.


El anterior conservaba el mismo aspecto desde hacía unos 60 años y tenía rasgos como una pared de madera de pino que resultaba pasada de moda, como las sillas de madera. Y aunque son muchos los que prefieren un entorno algo anticuado, ya conocido, Castro explicó que “buscábamos algo aséptico, con más claridad, más fácil de limpiar, más sencillo y al mismo tiempo cómodo. Que se viera el cambio”.


Ya llevaban tiempo pensando en renovar el comedor, y entonces estalló la pandemia de coronavirus, que se convirtió en una oportunidad, puesto que hubo que cerrarlo por motivos sanitarios y entregar la comida para ser consumida en el domicilio.


En cuanto a la colaboración del emporio sueco, “la verdad es que Ikea lleva un tiempo colaborando con nosotros y así surgió todo, porque a veces las cosas confluyen”, apunta Castro. Así que se llevó a cabo la reforma, que subvencionó la Xunta. La remodelación, que incluyó la cocina y terminó hace meses, se prolongó más de la cuenta. “Menos mal que no nos cogió la crisis del sector, sí los elementos de construcción te pueden fallar, pero lo hicimos con tiempo”, comenta el administrador, aliviado.


Mobiliario

Cuando estaban acabando la obra, decidieron dar un paso más allá: “No teníamos pensado a bote pronto cambiar el mobiliario, pero las sillas de madera no encajaban, e Ikea ya había colaborado con nosotros acondicionando la lavandería, y nos dijo que tenía unas sillas y unas meses para nosotros, echamos un vistazo y encajaban” Además, son unas mesas que se pueden extender, dependiendo de las necesidades. “A parte nos trajeron platos, adornos...”, añade Castro.


La cocina se retocó y amplió, a costa del comedor para destinar un espacio al embolsado de la comida. Hay que recordar que allí se elaboran 1.300 comidas al día entre las que se hacen para llevar a los barrios, además de las que se consumen en el comedor, que reabrió el 21 de marzo con medio centenar de plazas.


Muchos prefieren llevarse la comida a casa pero un pequeño grupo todavía prefiere comer en la Cocina Económica. “Muchos no tenían un lugar digno para comer”, explica Castro. Tras la reforma, y la posterior llegada de los muebles, hace un mes escaso, ahora lo tienen.

La Cocina Económica comienza una nueva etapa con otro comedor

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