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jueves | 25 abril | 2024
El Bloque Nacionalista Galego (BNG) lamenta el cierre de la torre de control del aeropuerto de Alvedro y el traslado del control del tráfico aéreo a la de Vigo, por lo que ha presentado nuevas iniciativas a nivel nacional para reclamar al Gobierno central que mantenga los puestos de trabajo en condiciones laborales y salariales “dignas”.
En un comunicado, la organización nacionalista pide que se mantenga el apoyo de los sistemas visuales presenciales para garantizar una mayor seguridad y, de esta manera, poder actuar de forma más ágil ante errores técnicos o sabotajes.
Todo esto debido a que con la construcción de la torre multifunción en el aeropuerto de Vigo, esta instalación pasaría a controlar en remoto el tráfico aéreo de distintos aeropuertos, señalan.
Para el BNG, a pesar de reconocer que se están extendiendo los sistemas de control a distancia, lo cierto es que “algúns países cancelaron a súa implantación por considerarse necesario contar co apoio de sistemas visuais (presenciais) para contrarrestar posibles fallos técnicos ou sabotaxes”.
En esta línea, el diputado nacionalista, Néstor Rego, se ha mostrado preocupado por los puestos de trabajo y las condiciones actuales de la plantilla del aeródromo coruñés.
“Tanto a torre de control de Alvedro como a de Peinador foron privatizadas e atópanse xestionadas pola mesma empresa, Saerco. A privatización supuxo unha alarmante redución dos dereitos laborais e salariais nos últimos anos, xerando graves diferenzas de trato fronte aos que seguen exercendo as súas funcións en torres de control públicas dependentes de AENA”, denunció el líder del Bloque Nacionalista Galego.
Rego indicó que el Gobierno “debe de actuar” para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y las condiciones laborales de los controladores aéreos. “Aínda que se aposte polo control remoto, será necesario seguir contando con persoal técnico de maneira presencial en Alvedro para poder atallar de forma áxil calquera avería ou fallo”, explicó.
La formación añade que “a perda de empregos estables e de calidade non debe tolerarse, e moito menos cando esa redución pode actuar en detrimento da calidade dos servizos".
