Lo del Gobierno de Boris Johnson es de traca. El escándalo de las fiestas navideñas en Downing Street parece no tener fin y ahora se ha sabido que una de ellas se celebró, precisamente, en la oficina del encargado de llevar a cabo la investigación sobre si se rompieron las reglas en estas celebraciones. Al parecer, este no habría “participado” en la fiesta, pero sí habría estado presente, o sea, que miró el panorama desde un rincón pero no brindó y bailó con el resto. Mucho consuelo no es. Dicen fuentes gubernamentales que están “reconsiderando” que siga al frente de la investigación. Si es que son unos cachondos.