Mala gestión y mucha burocracia

El gobierno de coalición montado por Pedro Sánchez es sobre todo un tropel de ministros que no saben gestionar y que han llevado al desastre muchas de las medidas estrella que ellos mismos habían vendido como progresistas y nacidas para no dejar a nadie atrás. Por supuesto, para llevar a España a una recuperación robusta y justa.


Ya hemos visto lo que pasó con las ayudas directas a empresas y autónomos más afectados por la pandemia. Los famosos 7.000 millones de euros que aún muchos están esperando. Tampoco acudieron al fondo extraordinario europeo para ayudar al turismo. Más de 4.000 millones que hubieran salvado muchas empresas en el momento más delicado de la crisis provocado por las restricciones y las dificultades a la movilidad. También crearon el Ingreso Mínimo Vital. Y el fracaso ha sido rotundo. Esta ayuda a familias vulnerables que debería haber sido rápida y temporal, se ha convertido en un agujero negro, un auténtico mar de burocracia cuyo resultado debería sonrojar al autor y a todo el gobierno. Contaba ayer el diario ABC que Escrivá, el ministro encargado de poner en marcha este asunto, dejará sin gastar 1.000 millones del presupuesto que tenía asignado el IMV.


Recuerdo que cuando el ministro presentó esta medida se atrevió a decir que gracias a todos los datos de los que disponían 500.000 españoles iban a recibir de oficio el IMV y que llegaría a más de 2,5 millones de personas. La realidad casi 2 años después de su creación es que apenas lo han recibido 350.000 personas y que lo han logrado después de pasar una auténtica gincana burocrática. Es bastante intolerable y vergonzoso que el gobierno que se dice más progresista haya dejado a su suerte a decenas de miles de ciudadanos, dependiendo de la caridad de sus vecinos o de asociaciones ligadas a la Iglesia católica, al tiempo que dejan los presupuestos sin gastar por no saber cómo hacerlo.


El miedo, viendo lo que han hecho hasta ahora con el dinero público, es no saber qué estarán haciendo o pensarán hacer con el dinero de los fondos europeos. Muchas Comunidades Autónomas ya están comparando el reparto de esos fondos con el fracaso de las ayudas directas a empresas. De hecho, no saben nada y denuncian la opacidad que está rodeando todo sobre este dinero que debería venir a modernizar la economía española. Da miedo pensar que a estas alturas no sepamos ni qué ni quién ni cuándo ni cómo.

Mala gestión y mucha burocracia

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