En los últimos años, la apertura del año judicial está resultando más tensa de lo humanamente soportable. La culpa, por supuesto, la tiene ese bloqueo que mantiene en funciones a los responsables de los principales órganos judiciales de este país. Tanto es así que el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, mostró su hastío pidiendo “patriotismo constitucional” a PP y PSOE, para acabar con un bloqueo que Lesmes no dudó en calificar como “insostenible”. El problema es que los magistrados, como en buena medida los ciudadanos, están pillados en la pinza de los intereses de los dos grandes partidos y, ahora mismo, ese acuerdo para la renovación parece más lejano que nunca.