Más allá de la luz

hace unos días la noticia que ocupaba los titulares de los medios de comunicación era la subida de la electricidad. Ahora esa preocupación se ha visto superada por el drama que tiene como escenario Afganistán.

Así va el mundo, deprisa, deprisa, tanto que de un día para otro lo que parecía el mayor de los problemas va cediendo su lugar a los nuevos. Lo desolador es que quizá dentro de unos días el horror de cuanto sucede en Afganistán ceda los titulares a cualquier otro acontecimiento.

Pero no es de esto de lo que quería reflexionar, tiempo habrá, sino de la pelea soterrada que se cuece en el seno del Gobierno a cuenta de la subida de la electricidad. Pero tranquilos, que no pasa nada, solo un tour de force de los habituales entre Sánchez y sus socios.

Por lo pronto Podemos ha logrado incluir en el debate del Consejo de Ministros su propuesta para reformar el mercado eléctrico. Por debatir que no quede, otra cosa es que los ministros podemitas, léase la vicepresidenta Yolanda Díaz, y las ministras Ione Belarra e Irene Montero amén del ministro Garzón, logren su propósito de que se limiten los precios de la energía.

En ocasiones pienso que es casi una suerte que nos gobierne Pedro Sánchez y sus cuates de Podemos porque de lo contrario la situación de inestabilidad sería tremenda.

Y es que si fuera un gobierno de otro partido el que subiera el recibo de la luz como nos lo han subido con el PSOE gobernante, ahora mismo estarían ardiendo las calles y no por el calor, además el Parlamento se reuniría de urgencia, y desde el PSOE y Podemos pedirían la dimisión de hasta el apuntador.

Pero tranquilos, gobiernan ellos, y si sube el recibo de la luz la culpa es de otros, ya lo dejó dicho hace días la vicepresidente Ribera: es culpa del PP que impide el desarrollo de energías alternativas. Y si, se quedó tan ancha.

Argumento que demuestra que la señora Ribera piensa que los españolitos de a pie somos absolutamente tontos.

Pero parece o eso creen en Moncloa que el personal es olvidadizo y les perdona todo, desde la gestión de la crisis del coronavirus, que en fin dejo mucho que desear puesto que estuvo plagada de medias verdades, el esperpento de algunas actuaciones diplomáticas como la entrada y salida en España de Brahim Ghali líder del Frente Polisario, el “culebrón” de Delcy Rodríguez, ya saben la vicepresidenta de Venezuela que se presentó, al decir del Gobierno, sin previo aviso en el aeropuerto de Barajas, sin pasar por ningún control de seguridad, y que el ir y venir de cierta maletas merecería una explicación junto a la más que controvertida la actuación del entonces ministro Ábalos reuniéndose con la citada señora. Por no hablar de la manipulación de RTVE bajo la gestión de Rosa María Mateo, etc, etc, etc. O el ver al señor Sánchez comportarse como un rehén aplicado del independentismo catalán, dispuesto a todo por sus votos, por no hablar del episodio más reciente: el disfrute de sus flamantes vacaciones en medio de una crisis internacional como la de Afganistán.

Pero en fin, todo esto es ya leche derramada, ahora lo que cuenta es que los ciudadanos continuamos pagando un precio desorbitado por la luz lo que supone dejar maltrechas las economías familiares ya bastante deterioradas por el efectos devastadores que ha tenido el Covid.

Pero tranquilos, la paz social está garantizada, la calle es de quienes nos gobiernan, así que todo el mundo a pagar y sin rechistar. Menos mal que nos queda el consuelo de la crítica. No le vendría mal al presidente Sánchez enterarse de lo que se dice en la calle.

Más allá de la luz

Te puede interesar