Estados Unidos dice que está abierto a la posibilidad de reconocer un Gobierno talibán en Afganistán si “defiende los Derechos Humanos y rechaza terroristas”. Que es lo mismo que decir que deje de ser talibán. Porque lo de los derechos humanos a este simpático grupo de milicianos que convierte a las mujeres en esclavas de sus padres y maridos les suena bastante poco. Y del asunto del terrorismo, bastante saben los norteamericanos de cómo se las gastan. Así que, en resumen, la especie de mano tendida del Ejecutivo de Biden no es más que humo. Podemos reconocer el intento por su parte de incentivar a los nuevos amos de Afganistán para evitar que desaten la violencia, pero hasta parece que lo hacen sabiendo que no va a colar.