Reportaje | Fin de fiesta en Casas Novas

Tras la boda y la fiesta del Náutico, Marta Ortega y Carlos Torreta continuaron celebrando ayer su enlace con una cena de gala en la pista central de Casas Novas a la que los invitados acudieron de esmoquin y trajes de noche. La localidad de Larín no quiso perderse el acontecimiento y muchos vecinos salieron de sus casas a ver la llegada. Allí estaba “Cantudo”, que agradecía que lo que fue granja sea ahora un complejo hípico que alberga citas así con “moito glamour” porque “unha muller como Marta puido facelo en Madrid ou Londres e escolleu estas instalacións”. Al lado, su mujer María y otra María más hablaban del tiempo que les tocó: “Debéronlle levar ovos ás monxas e máis as galiñas”.

Tras el cóctel y la fiesta, los amigos de los recién casados se dejaron ver por la mañana en terrazas de La Marina y la calle de la Estrella. Amancio Ortega eligió la Ciudad Vieja para pasear y ya por la tarde la acción se fue al hotel Finisterre de donde salieron en microbuses y furgonetas negras. En Casas Novas, una hilera de antorchas marcaba el camino. El fuego también estuvo presente después junto a la música en directo y un menú suculento donde no faltaron jamones Cinco Jotas, marisco y vino del país.

Athina Onassis fue de las primeras en llegar, junto a los hermanos de Flora Pérez y personal de Inditex. A las 19.40 horas, apareció el coche de Amancio Ortega y su esposa, que aminoró la marcha en un gesto con la prensa. Después, Pablo Isla, el matrimonio Torretta, Alberto Núñez Feijóo y a las 19.50, los más esperados. Marta Ortega y Carlos Torretta saludaron a los medios, ella con un vestido gris perla con destellos y en el pelo, un semirrecogido con adornos florales.

Para el evento, Eugenia Silva se enfundó un vestido negro asimétrico, Amaia Salamanca portó uno con amplio escote en uve mientras que Onassis se decantó por un estampado en blanco y negro. Entre los cerca de 400 invitados, estaban Jordan Joy Hewson, hija de Bono, cantante de U2, o Chris Martin, líder de Coldplay.