cómo cambia la perspectiva cuando uno cambia también de lado y, por ejemplo, deja de ser acusador para ser el centro de las críticas. Y de pronto, lo que antes era libertad de expresión ahora es acoso y amenaza. Hasta que llega la autoridad judicial y te devuelve a la realidad, esa en la que, cuando todo va bien, las reglas son las mismas para todos. Y el hecho de que seas ministra y tu marido vicepresidente no implica que lo que a ti te molesta sea delito. Solo significa que han girado las tornas. Y que eres un poco menos ciudadana y un poco más casta. FOTO: irene montero, seria ante los medios de comunicación | efe