HAY cosas que pasan en Estados Unidos porque tienen que pasar allí. Por ejemplo, que una mujer humille a su prometido por comprarle un anillo demasiado barato. No, no lo compró en un casa de empeños de esas que ahora protagonizan programas de culto en las televisiones; al revés, fue a una joyería de lujo y se gastó 1.800 euros en una sortija con un diamante solitario en oro blanco. Ella se sintió superofendida y aireó en internet que su novio era un cutre y que nunca se había podido imaginar que se gastase tan poco dinero en la alhaja. Puede sonar a heteropatriarcado machista, pero qué miedo da la tía. FOTO: una mano con un lujoso anillo | aec