Nadal regala una clase magistral

Nadal regala una clase magistral
Nadal durante el partido frente a Carlos Alcaraz | EFE

La puesta en escena de Rafael Nadal en el torneo de Madrid fue una clase magistral para Carlos Alcaraz, superado por el alto nivel del primer favorito (6-1 y 6-2) y, probablemente, también por el entorno y toda la repercusión generada ante un aventurado duelo generacional.


El mejor deportista español de la historia ante un prometedor jugador que apunta alto, con condiciones para un día llegar a estar entre los grandes de la raqueta pero al que aún le queda un buen trecho por recorrer. Un debutante frente a uno de los jugadores con más presencias en Madrid. Campeón en cinco ocasiones de este Masters 1.000 y, entre otras muchas cosas, con veinte Grand Slam a su espalda. El rey de la tierra y un chico que asoma en el circuito.


Alcaraz alcanzó la mayoría de edad en la pista Manolo Santana, la principal, de la Caja Mágica, ante su ídolo. Un sueño cumplido. Pero condicionado por la presión y superado por el relato, casi sin tiempo para disfrutar. Sin opción de trazar su juego ni desvelar su tenis. Setenta y seis minutos duró el duelo.


Desde el arranque se vio sometido por Nadal, que sobre la pista no contempla otra opción que no sea la de ganar. El número dos del mundo sometió desde el principio a Alcaraz, que, incapaz de dejar a un lado la presión, no llegó a encontrar el acomodo sobre la pista, el sosiego. Erró en exceso y apenas mantuvo el pulso en los intercambios propuestos por su rival.


En el tercer juego del partido, con 2-0 y 30-15 en contra, el pupilo de Juan Carlos Ferrero, ganador en la Caja Mágica en 2015 en la categoría sub-12 y después finalista en la sub-16, necesitó la atención del médico tras caer sobre la tierra y sentir un tirón abdominal al intentar devolver una bola alta del balear.


El partido transcurrió rápido. Rafa Nadal no suele regalar. Fue a partir del cuarto juego del segundo set cuando Alcaraz tuvo algún arrebato y sacó a relucir alguna de las cualidades de su juego. Pero no tuvo opción. El balear mantuvo el ritmo sin dar opción a cualquier atisbo de reacción ni sorpresa.


No dio la sensación de disfrutar Alcaraz en su dieciocho cumpleaños, sino de padecer ante un jugador que representa adonde él pretende llegar. No lo olvidará.


Rafael Nadal arrancó con firmeza en Madrid, lanzado hacia los octavos de final, el siguiente escalón hacia su sexto título en la capital española. Aguarda rival en el próximo tramo que saldrá del partido entre el australiano Alexei Popyrin y el italiano Jannik Sinner, decimocuarto favorito.

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