Un resultado que avala una forma de gestionar


HABÍA escépticos, muchos escépticos –si en Galicia no los hubiese...– que fruncieron el ceño cuando Escotet compró Abanca –por aquel entonces aún se llamaba Novagalicia, la entidad, no el magnate– y cargaron en la recámara el “xa o sabía eu” para dispararlo a la menor oportunidad. Pero allí sigue, sin encontrar el menor resquicio para salir y a punto de alcanzar la fecha de caducidad; solo hay que fijarse en los resultados del año pasado, que el banco cerró con un beneficio neto de 334 millones, para darse cuenta de que escépticos habrá muchos, pero ignorantes otros tantos. ¡Vaya!, a ver si son los mismos.

Un resultado que avala una forma de gestionar

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