Niñas

En el Rosalía, en funciones de viernes y sábado con aforo completo, la compañía vasca Tanttaka Teatroa puso en escena la obra “El florido pensil. Niñas”, de Andrés Sopeña, adaptación teatral de Kike Díaz de Rada con dirección de Fernando Bernués y Mireia Gabilondo. De reseñar la escenografía de Edi Naudó. Al levantarse el telón se ve la reproducción de un aula de la posguerra: símbolos del Régimen, tarima, encerado y los pupitres que utilizarán las “niñas” a lo largo de la representación y que irán moviendo en función de las distintas escenas. Piano a la derecha.
La obra es un fiel reflejo de la educación que padecían las mujeres desde los problemas de matemáticas (el tonel de 540 litros y las botellas de tres cuartos; el cesto con miles de huevos: las andarinas que salen de una distancia de 600 Km); los dictados (El aya se halla debajo del haya); las clases de Religión con la temible monja con su regla de madera, dispuesta a golpear a cualquiera que se equivoque en las respuestas de Catecismo, que las niñas repiten como si fuesen cotorras, sin entender lo que dicen, igual que en la materia de Espíritu Nacional; el sacerdote que viene a confesarlas y que solo se preocupa de los pecados de “impudicia” y “concupiscencia”. La mujer estaba destinada al matrimonio y a las labores domésticas, pero hay una criada que en la habitación de la plancha les da clase de educación sexual al contarles sus experiencias con los hombres.
De mención sobresaliente el trabajo de las actrices: Loli Astoreka, Gurutze Beitia, Teresa Calo, Elena Irureta e Itziar Lazkano, que darán vida a distintos papeles y registros, sin olvidar tampoco la mención a todas mujeres violadas y asesinadas este año (si fuesen políticos se tomarían otras medidas), como afirma el director Fernando Bernués: “Muchos de los problemas de género que hoy en día sufrimos tienen que ver con aquella educación”. Y la reflexión final de que estas mujeres consiguieron encontrar un futuro personal y profesional, cada una en su campo, pese a esa educación tan absurda e ilógica.

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