En qué mundo viven

Les oyes, oye, y alucinas. Te cuentan lo de Alicia, pues creen, ¡qué jeta! que su país, sus chollos, sus privilegios, es el nuestro. Pues no: las comunidades autónomas llegaron este verano al déficit que tenían previsto para todo el año; el agujero de la Seguridad Social batiendo récords…
Lo que pasa es que ellos hacen la media: Rato tropecientos millones, con lo que, sumando los ingresos de todos los jóvenes de Madrid, sale una media de dos mil quinientos euros. Mentira: uno de cada cuatro jóvenes malvive por debajo del salario mínimo. Además el Gobierno recortó las becas, los comedores en los centros docentes, el reparto de libros. Es, dijo un catedrático, la demolición de la enseñanza pública. ¿Y por aquí, como vamos? De arrecú y engordando a los jubilados de Kansas, dueños de la autopista AP-9, gracias a la generosidad de Manolo, Pepe Cuiña y otros cómplices necesarios que, ay, ya en su día malvendieron la auto-mierda que une A Coruña con Carballo y pagamos –con el aplauso cerrado del Parlamento – los gallegos…
Son listos los de Kansas, coño… Practicaban la ley de Lynch con los políticos corruptos y los ladrones de ganado y pusieron el ojo y los dólares en este Far West, que es la leche, con el problema de la ídem y pone al personal de mala milk con el negociete de la sanidad pública, ante el cabreo –desde su tumba– de don Álvaro Cunqueiro.
Recordemos: Rajoy quería ser como Matas, estar delante, detrás, encima o debajo de Camps: repitió los elogios a Fabra y aplaudió en más de cien ocasiones a Rato. Y, ahora, dicen que “ninguno es del PP”, e ¿ignoran que todos metieron la mano cuando eran cargos del partido?
Claro que esto, lo del chollo desde el poder, viene de lejos como cuenta el historiador Ángel Viñas, que documentó en un libro el oscuro origen de la fortuna del dictador y los latrocinios de guante blanco de aquel régimen que aún muchos añoran y otros quieren copiar.
Y, volvemos al principio, desde Moncloa –y a través de sus terminales mediáticas– nos cuentan que esto es jauja, mientras Bruselas nos abre proceso por incumplir el derecho de asilo, por no respetar los derechos humanos…
Y ahora nos citan para las vísperas navideñas y nos ofrecen regalos de Reyes. Pero, ¿en que país viven? Pues en ese no queremos vivir nosotros.