¡SOMOS REQUETEINCRÉDULOS!

Ahí está la noticia: los españoles no creen al PP ni al PSOE ni a UGT. Dicho de otra forma: la sociedad española ha admitido ya con rotundidad insobornable que la corrupción está instalada en los principales partidos y también en los sindicatos.
Por lo menos, dos terceras partes de los españoles están convencidos de que el presidente del Gobierno cobró sobresueldos cuando formaba parte del Ejecutivo de Aznar. Está claro que lo dicho no se demostró con pelos y señales porque, si se hubiera demostrado, estaba patente que ello era incompatible con su cargo y la dimisión se habría dado por descontada. Lo que es una verdad como un templo es que el descrédito de la clase dirigente está tomando carta de naturaleza en nuestro país. Todo lo que he escrito hasta ahora en este artículo es fruto de la encuesta de Sigma Dos y de ella se desprende que la corrupción sigue siendo la segunda gran preocupación de los españoles después del paro.
Si hay multitud de casos de corrupción y de corruptos que pululan por esta piel de toro, tres se llevan la palma: el caso Bárcenas, los ERE fraudulentos y las facturas falsas de UGT en Andalucía. Pero hay más. Por ejemplo, un 71% de los encuestados cree que parte de la campaña de Cospedal en Castilla-La Mancha se pagó con una comisión de Sacyr. Y ojo, porque no sólo se trata de la presidenta de una comunidad autónoma, sino de la mismísima secretaria general del partido que tiene la manija del Gobierno. También un 69,50 % de los interrogados está convencido de que Bárcenas permanece en prisión  por haber denunciado la contabilidad B del PP. Y se dice: “Existe la sensación generalizada de que los partidos pertenecen a los suyos y que la justicia actúa sólo contra quienes se salen del guión del sistema de auxilios mutuos marcado por los políticos”. ¿Cómo les quedó el cuerpo, amables lectores?
Resumiendo: lo que refleja la encuesta sobre corrupción es que la credibilidad de los dirigentes está por los suelos, y eso es un gran obstáculo incluso para la recuperación económica.