El senado

La Cámara Alta apenas tiene incidencia en la política de este país, pero sí se nota en el aspecto económico; resulta costosa para el erario público y se paga con los impuestos de todos los españoles. De hecho, los últimos expresidentes autonómicos (5 del PP y 4 del PSOE) cobrarán del Estado y a cuenta del sufrido contribuyente la suma de unos 688.000 euros de forma anual en su conjunto.
Los expresidentes llegan al Senado a ocupar un rentable escaño, en un momento en que se abre el debate sobre la posible utilidad de esta Cámara de cara al ciudadano que debe soportar su pesada carga contributiva sin apenas funciones conocidas y que en su conjunto requiere un costo de unos 54 millones anuales. Cabe preguntarse, ¿sí el país puede soportar semejante dispendio? Cuándo la opinión pública tiene un pobre concepto de la misma, al definirla como el “cementerio de los elefantes políticos”, a la procura de un dorado destino temporal a costa de la Hacienda española, que según ésta somos todos ¿O no? 
Todos los que llegan a esta Cámara son elegidos en las urnas para ocupar su escaño, pero también designados para tomar posesión de su asiento. Los salarios de sus señorías varían según tengan acomodo en alguna comisión de dicha Cámara. Llevándose la palma el popular Juan José Lucas, con un ingreso anual de 108.000 euros, seguido del socialista José Montilla, con otros 106.000. En términos generales el sueldo es de 2.814 euros mensuales para todos los miembros de la Cámara, además hay que añadir otros 1.822 en concepto de dietas y alojamiento de los electos de fuera de Madrid, sumando además la partida de tres mil euros, para el uso de transporte rápido (taxi) falta por incluir los teléfonos, tabletas, ordenadores y conexión a wifi, que t resultan gratuitos a costa del contribuyente, al margen de cualquier otra prebenda o privilegio del cargo.
En definitiva, un dorado retiro ganado por los servicios prestados en sus respectivos cargos de confianza durante los años de actividad política. Da lo mismo que hayan acertado o que su gestión haya sido un fracaso, al final tienen un premio y el resto de los españoles echando humo por ver tanta injusticia, sueldos cada vez más bajos, pensiones que se congelan solas y otras que no suben porque la fórmula ideada ni las tiene en cuenta, ya que apenas son unos escasos decimales en el total a añadir. Da pena pensar que se ha llegado a una situación de privilegios a la clase política y de austeridad para la ciudadanía en general.

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