Un reloj que está parado


EL tiempo pasa aunque Sam, el músico negro que trabaja en el Café de Rick, el bar de Humphrey Bogart en Casablanca, no interprete como cada noche “As time goes by”. Pero los de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, como son más de gaita y zanfoña por darle gusto a Luís Villares, no se enteran y siguen sin fijar fecha para la elección de la coordinadora. A ver si va a ser que también se les quedó sin cuerda o sin pila –que igual en eso hacen una excepción y sí que son modernos– el reloj que marca el tiempo cronológico. Si le hubiesen dado a Villares el sueldo que tanto pidió quizá hasta hubiese podido comprar un gallo que le recordase cada mañana que los días pasan sin detenerse.

Un reloj que está parado

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