Los aliados naturales


LA maleza ha dejado paso a la pereza municipal que cohabita entre facturas por pagar y otras pagaderas. Los presupuestos ya son una espada de Damócles autoimpuesta por el regidor, tan amante él de darse plazos para incumplirlos, tanto como las buenas promesas con las que se cita la gente en sus propósitos para el nuevo año. Al final todo es querer hacer y no poder. Tal vez el alcalde debiese poner la camisa por dentro y señalar a los culpables de que hasta ahora no hubiese cuentas. Si es que los enemigos peligrosos no suelen estar fuera y aquel lastre del cual se desprendió le está cortando las alas más ahora que antes, porque, claro, entre los aliados naturales siempre hay algo de contra natura, aunque no sea de siglas.

Los aliados naturales

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