UNA SOCIEDAD ALETARGADA

En este país de chicha y nabo en el que el supuesto cerebro de la financiación ilegal del partido gobernante es grabado mientras está ingresado en la cárcel, hasta parece normal que el líder de otra formación política (y supuestamente democrática) defienda a unos condenados por terrorismo alegando que esos muchachos tienen que demostrar su descontento de algún modo.
Hay alcaldes que defienden el franquismo y jóvenes aspirantes a políticos que se fotografían con el brazo en alto en claro gesto fascista, aunque luego aleguen que no saben muy bien lo que significa el saludo en cuestión. Una jueza mantiene en vilo a más de cien políticos gallegos de todos los colores, imputados por supuesta corrupción y hasta los sindicatos se ven salpicados por los sumarios abiertos.
Tampoco resulta extraño que alguien se olvide un boleto de la Primitiva premiado con casi cinco millones de euros en una administración de Lotería y que sean ya multitud los que aseguran por la memoria de sus ancestros que el resguardo es suyo mientras una ley del XIX obliga al alcalde de A Coruña a buscar al futuro millonario de mala cabeza.
¿Cómo va alguien a extrañarse de que lo que impere sea aquello de “sarna para los demás”? Francisco Vázquez fue en su día un visionario. El autor de la drástica sentencia se refería a quienes auguraban un negro futuro para Alvedro y, a estas alturas, las tres ciudades gallegas con aeródromo, Vigo, Santiago y A Coruña, siguen anhelando el mal ajeno, parece que para que el propio sea un poco más llevadero. La cuestión es que las polémicas locales no se limitan a las instalaciones aeroportuarias y las ciudades juegan a ver quién la tiene más grande aunque en el Estado su tamaño esté claramente por debajo de la media, es más, las más de las veces roza el ridículo más espantoso.
Cualquier excusa parece buena para abrir la caja de los truenos y hasta un salón culinario no cambia de sede sino que es “robado”, no se sabe si con nocturnidad y alevosía.
Tal vez este sea la razón por la que la sociedad asiste impasible al aviso de que uno de cada tres de los nuevos pobres en el año 2025 será español o que en ese año habrá en este país 20 millones de indigentes. Somos unos mentecatos de tomo y lomo, unos borregos aletargados por el virus del conformismo que nos reímos cuando vemos al rey desnudo y no somos conscientes de que nosotros también vamos en pelota picada.
Eso sí, podemos estar tranquilos: Los albergues del Camino ya tienen wifi gratuita y los peregrinos podrán obtener la compostela a través de internet. Eso sí, el que se pueda pagar la conexión.

UNA SOCIEDAD ALETARGADA

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