Por un bocadillo hacia la lista Forbes

El acusado declaró que tenía hambre, que es lo que se suele declarar cuando a uno lo juzgan por robar un bocadillo. El fiscal, que debe de ser un tipo dado a comidas más elaboradas, pidió cuatro años de prisión para el autor de la sustracción. El juez lo ha condenado a un año y nueve meses, pues según explica en la sentencia sustrajo el bocata para “enriquecerse”. Con la poca independencia que caracteriza a los magistrados destinados en Cataluña –los hechos tuvieron lugar en Barcelona– no sería raro que estuvieran manipulados por el lobby de Forbes. Salvo que el pan ocultase pepitas de oro, cosa que no parece fácil.

Por un bocadillo hacia la lista Forbes

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