Peatonalizar sí, pero no así

Nadie puede poner en duda la apuesta del PP de A Coruña por el peatón. Ahí están para goce y disfrute del ciudadano y del turista los 55.000 metros cuadrados de La Marina y El Parrote que un gobierno Popular puso al servicio de los paseantes. Otros cerraron al tráfico una pequeña calle y montaron una gran fiesta, o presumieron de la falsa y fallida peatonalización de la Ciudad Vieja, uno de los pocos cascos históricos de Europa donde un caminante puede ser atropellado a día de hoy. 

Nos parece bien que, al igual que hizo el gobierno Popular, el actual quiera mejorar la calidad de vida de los coruñeses e incrementar las zonas peatonales. Es más, también nos parece bien que la Concejalía de Movilidad tome como hoja de ruta el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) confeccionado durante el mandato del PP. También nos gustaría que, ya que lo usan, lo usen en su totalidad y que, ya que es un documento vivo, lo alimenten para que siga con vida. Como decimos a menudo, nos gusta que nuestras ideas gusten.  Y al gobierno de Inés Rey le gustan las que dejamos en los despachos de María Pita, y también las que escribimos en el proyecto compartido de ciudad con el que ganamos las elecciones de mayo, un programa que la alcaldesa ha convertido en su libro de cabecera.

En el citado PMUS ya se dibujaba la gran ronda peatonal para unir San Diego con el Agra do Orzán anunciada hace unas semanas a bombo y platillo por el gobierno socialista. Su trabajo ha consistido, pues, en abrir un cajón. Pero lo que no figuraba en este documento es que esa mejora se haría a las bravas. Y así es como pretende ejecutarla el gobierno local. Y, con otras obras del ámbito de movilidad, más de lo mismo: ni diálogo ni consenso.

Esa senda peatonal, el carril bus y los trabajos de reurbanización ya anunciados por el PSOE supondrán la eliminación de entre 250 y 500 plazas de aparcamiento, repartidas entre seis barrios de la ciudad. Barrios en los que ya encontrar un hueco donde dejar el coche es actualmente un problema que pone a prueba la templanza. Hablamos, en concreto, de A Gaiteira, Cuatro Caminos, Os Mallos, Sagrada Familia, Ensanche y Pescadería.

El gobierno de Inés Rey no ofrece alternativa alguna de aparcamiento. Ni para los vecinos, ni para los comerciantes, ni para los hosteleros, ni para los visitantes. Es decir, para nadie. Y tampoco conocemos la existencia de estudios de movilidad que recojan las afecciones de estas actuaciones y sus correspondientes soluciones. En asuntos de movilidad, los pasos han de ser muy prudentes. Y consensuados. El gobierno local ha de iniciar el camino al mismo tiempo que los vecinos, los comerciantes y los hosteleros. Es decir, juntos. Esa es la ruta correcta. La del diálogo. La del consenso. Porque una cosa es hacer un proyecto en el papel, y otra muy distinta llevarlo a ras de calle.

En el Partido Popular hemos demostrado sobradamente que creemos en una ciudad en la que el peatón y el resto de las alternativas sostenibles abandonen el plano secundario y pasen al principal. Pero también somos conscientes de que no se puede tirar por la calle del medio y enviar a los conductores, a los vecinos, a los comerciantes y a los hosteleros a un callejón sin salida.. ben. 

Peatonalizar sí, pero no así

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