Otra avaricia que rompió el saco

Es evidente que a lo mejor que puede aspirar una persona en la vida es a tener amigos. Y si esos amigos son como los que tenía el exministro con Zapatero Bernat Soria, pues mucho mejor. Fueron ellos los que lo pusieron al frente de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud y, por supuesto, los que le fijaron un salario de 150.000 euros anuales (el más elevado que pagaba la Junta andaluza). A ello había que añadir otros 5.000 euros por la exclusividad y, ahora, se sabe que Soria optó por buscar más ingresos a través de la actividad privada. Está claro que, como dice Beiras: la avaricia rompe el saco.

Otra avaricia que rompió el saco

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