Todo empezó aquel 6 de enero de 2014

Sí; todo empezó aquel 6 de enero de 2017. Quien suscribe estaba, como en tantas ocasiones anteriores, allí, en el salón del trono del Palacio de Oriente asistiendo,  a la celebración de la Pascua Militar. El rey Juan Carlos I ya no pudo ese año, por sus limitaciones físicas, pasar revista a las tropas. Y el discurso ante los jefes y oficiales fue un auténtico desastre. Fue en ese momento cuando Juan Carlos I tomó la decisión que haría definitiva seis meses después: abdicar. Y, desde entonces...

Ahora, este 6 de enero de 2021, el llamado rey emérito sigue en su retiro aparentemente dorado con un estado de salud que obviamente no es bueno. Y, aparentemente, es La Zarzuela la que menor interés tiene en ese regreso.

También este 6 de enero el discurso del Rey ante el estamento castrense se ve rodeado de gran interés. Claro que este año la comparecencia de quien es el máximo jefe de la milicia se produce en un contexto mucho más enrarecido de lo habitual: Felipe VI sabe que sus palabras serán analizadas con lupas de muy diferentes colores.

No, no habrá más alusiones al padre. Tampoco creo que haya referencia al incalificable comportamiento de algunos oficiales en el retiro y la verdad es que parece que en Defensa no se ha concedido mucha importancia al ‘ruido de sables oxidados’. Lamentablemente, los periodistas ya no tenemos derecho a entrar en la recepción posterior y, por lo tanto, perderemos una oportunidad de preguntar a Sánchez si finalmente el Gobierno alentará o no esa ‘Ley de la Corona’ que fue semioficialmente anunciada y que ahora es semipúblicamente desmentida.

Lo que sí queda meridianamente claro es que este año 2021 marcará una nueva era en las relaciones entre el Ejecutivo y la Jefatura del Estado. Ambas partes, el Ejecutivo y La Zarzuela, parecen estar bastante de acuerdo en imprimir un nuevo sesgo a la propia idea de la Monarquía en España: mayor transparencia y renovación, que se hará patente hasta cierto punto en la propia infraestructura de la Casa del Rey. Felipe VI, cuya trayectoria tras la abdicación de su padre no ha sido precisamente un camino de rosas, sabe, me parece, que este 6 de enero de 2021 comienza, como comenzó el mismo día de 2014, una etapa que debe asentar la Jefatura y la forma del Estado, aunque eso contraríe a algunos, incluso dentro del propio Gobierno. O precisamente por eso.

Todo empezó aquel 6 de enero de 2014

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