Aceras, peatones y ciclistas.

Estamos viendo todos los días, como los ciclistas sortean a los peatones en kas aceras, poniendo en peligro el viandante dada la descomunal velocidad de algún transgresor ciclista que omite el cuidado de circular por una acera repleta de viandantes de todas las edades y lo hace sin el menor rubor, pertrechado en un vehículo que puede causar un accidente mortal de cualquiera que se cruce en su camino. Pero les importa un rábano lo que ocurra, ya están acostumbrado a no respetar las señales de tráfico y carecen del mínimo sentido de civismo. El caso es que por cualquier acera circulan peatones de diversas edades, gentes con deficiencia de movilidad, madres con carritos de bebés y un largo etc. A veces incluso al salir de casa hay que mirar a izquierda y derecha, por si viene un desalmado en su bicicleta que puede arrasarte en el momento de pisar la acera y mientras esto acontece, no se tiene constancia de que la Policía Local haya impuesto alguna multa.
Las normas municipales están para cumplirse. Se puede ir con la bicicleta por la acera, pero no montado en ella. Al menos eso dice la ordenanza, que no se cumple ni se respeta por parte de los ciclistas, que tampoco cumplen las normas del código de circulación, les da lo mismo todo; es igual un semáforo en rojo, unos peatones atravesando un paso de cebra, etc. La preferencia siempre está de su parte.
Las patrullas de los agentes locales carecen de presencia en las calles para hacer respetar ley y evitar que se imponga la de la selva en el caos urbano de esta ciudad, ya no son solo las bicicletas de pedal sino también las eléctricas, que pueden alcanzar mayor velocidad.
Incluso hay momentos que para atajar una manzana de casas, algunos motoristas se saltan las normas de circulación y suben a la acera como si fuesen a aparcar y se incorporan de nuevo metros más adelante a la vía de circulación, con el peligro que conlleva para niños y mayores, pero también hay vehículos que circulan por las aceras para dejar su carga o el correo, no les es suficiente aparcar y andar unos metros, no; hay que llevarlo a la puerta. Es el caso de la plaza de Galicia, donde se pueden ver vehículos de reparto entrando y saliendo por la acera del Palacio de Justicia y otros recorriendo la acera del Cantón Grande. Las patrullas se deben hacer a pie, para respetar la ley vigente, que es igual para todos, sean quienes sean. Nadie está por encima de la ley y que unos se la saltan, es el principio para que los demás también lo hagan. Mal ejemplo cívico se está dando, ya que todo el mundo puede pensar que si aquellos lo hacen, por qué no lo van a hacer ellos.
En definitiva, que las aceras se han convertido en un grave problema para los peatones; de pasar a ser exclusivas del viandante se han convertido en un despropósito. Hay que volver a dar prioridad al peatón y canalizar toda la circulación por las vías ordinarias de tráfico con un carril bici que recorra la ciudad, y al que se salte la norma la pertinente sanción, porque donde acaban los derechos de unos empiezan los de los demás.

Aceras, peatones y ciclistas.

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