Una figura del arte de la simulación

PIQUÉ, futbolista del Barcelona, futuro presidente del club –quién sabe si también de la república–, y compositor de música de viento que interpretan los seguidores de la selección española, es también jugador de póquer. Peinando el naipe se saca en algunos torneos unas monedas con las que completa su ya cuantioso sueldo. A Neymar, con quien compartió vestuario, también le da por el póquer. Y parece que no lo hace mal, pues en el torneo High Rollers, en el que participaban 288 jugadores, quedó el sexto, lo que le reportó 70.000 euros. Normal que le vaya bien al brasileño, ya que el póquer es un juego de mucha simulación, como su fútbol.

Una figura del arte de la simulación

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