Ferreiro va de “xente do común” pero viaja en coche oficial

Esta semana se conoció una noticia que ha puesto en evidencia, una vez más, la doble moral y el gusto que ya ha cogido Xulio Ferreiro por defender una cosa y hacer toda la contraria. 
En menos de un año el alcalde ha pasado de definirse como  “xente do común que usa o transporte público”  a acomodarse,  con su hombre de confianza –ya saben, los intrusos– en un coche oficial para ir a Vigo a disfrutar de “o noso derbi” en el confortable coche camuflado de la Policía Local y con dos agentes completando la comitiva, por si acaso. 
No tendríamos nada que objetar si no fuese por sus palabras y sus compromisos electorales, hace apenas unos meses, para recaudar un puñado de votos, comprometiéndose a no usar nunca coche oficial y a prescindir de cualquier privilegio. 
Lo más significativo es lo poco que ha tardado el del “99 por cento” en dejarse seducir por los encantos de la moqueta. Mientras su colega de Ferrol fuma a escondidas en el baño, Colau y Carmena pisan palco y el de Zaragoza se engomina a cuenta del Ayuntamiento, el nuestro –el de todos los coruñeses– no se corta un pelo. Acapara privilegios que prometió rechazar y se lava las manos como Pilatos cuando se enfrenta a los compromisos que libremente había adquirido. 
A fin de cuentas lo único que hace es ejercer la libertad que le concede su subcampeonato electoral, convertido en oro gracias a la bola extra que le regalaron los socialistas. 
Dijo que viajaría en bus y viaja en coche oficial. Dijo que nada de pinchos y se gastó tres mil euros en sidra y larpeira. También dijo que municipalizaría la ORA y aún estamos esperando a que se apiade de los despistados. Dijo que acabaría con los desahucios y hay más que nunca. Dijo que gobernaría con los funcionarios y va a fichaje por mes. Dijo que bajaría los impuestos y los ha subido en ocho millones. Dijo que reduciría el paro, agilizaría las licencias, fomentaría la movilidad, establecería una renta social, atendería a los barrios, mimaría Alvedro, y todo desde la trasparencia. Como cantó el cuervo ingenuo, hombre blanco hablar con lengua de serpiente.
El tiempo es ese juez inapelable que coloca a cada uno en su sitio. Al señor Ferreiro ya lo hemos pillado con el carrito de los helados. Varias veces. Pero ni da explicaciones ni pide perdón. No es su estilo. Va de “xente do común”, pero no viaja en autobús.
*Roberto Coira es 
concejal del PP
 

Ferreiro va de “xente do común” pero viaja en coche oficial

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