Un daño irreparable

Los dioses ciegan a los hombres a los que quieren perder. Y eso es lo que pienso cuando observo cuanto sucede en el PSOE. No reconozco al PSOE. O mejor dicho no reconozco a este PSOE al que el paso de Pedro Sánchez ha dejado como un solar. No reconozco a un PSOE en que algunos militantes airados son capaces de calificar de “fachas” a los miembros de la gestora. No reconozco a este PSOE indisciplinado que quiere parecerse a Podemos.
Por eso me parece acertado que en estos días los dirigentes y militantes más templados estén dándole vueltas a que en el congreso se debe decidir un modelo de partido que responda a la realidad del siglo XXI. Un modelo que no sea ni presidencialista ni asambleario. Un modelo en que el secretario general tenga contrapesos. No es fácil, porque hay amplios sectores de la familia socialista que se han podemizado y que parecen encantados en eso de estar en asamblea permanente. Para estos sectores la democracia representativa es una antigualla. No sé si estos grupos airados son conscientes del daño que están haciendo a su partido. Más bien parece que están empeñados en su “voladura” y lo peor es que no les importa, porque se consideran los únicos guardianes de la democracia interna.
Me parece admirable la paciencia y mano izquierda de Javier Fernández. Y hace bien la gestora en negarse a convocar el congreso para pasado mañana. La fecha prevista por la gestora es allá para junio, tiempo prudencial para trabajar en nuevas propuestas programáticas y de modelo de partido. Ya sé que es mucho esperar que los “sanchistas” actúen con responsabilidad pero deberían de pararse a reflexionar para darse cuenta del daño que están haciendo.

Un daño irreparable

Te puede interesar