Una discriminación de mucho peso

Si a Ronaldo le hubiese dado por el boxeo, jamás habría podido pelear en los pesos pluma. Pero le dio por el fútbol y le fue muy bien; primero como futbolista y ahora como presidente del Valladolid –menos mal que tiene un tono de piel un poco más oscuro que Sergio, porque si no, al peso, sería imposible saber quién es el presidente y quién el entrenador–. Y también la va bien en el humor: “Hay movilizaciones para muchas cosas, si eres gay, si eres negro... pero no recuerdo que nadie me defendiera cuando me llamaban gordo”. Retranca por arrobas, a ver si va a tener un antepasado gallego que emigró a Brasil en su día.

Una discriminación de mucho peso

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