Un Deportivo desconcertante

Calma, señores, calma. Son muchas las voces que tras el triunfo del Deportivo frente al Hércules, hablan de ascenso. Siempre estamos igual. Y no aprendemos. Tampoco pretendo ser un aguafiestas, pero me resulta dañino que muchos aficionados, contagiados por su comprensible pasión, no sean capaces de ser más realistas.
Sin ánimo de ofender a nadie y queriendo siempre lo mejor para “mi equipo”, el Deportivo me tiene desconcertado. Especialmente en Riazor, donde solo se ganó un partido de los tres disputados. Se pifió frente al Murcia y Córdoba y sonó la flauta ante el Alcorcón gracias a un goleador inusual llamado Juan Domínguez. Insisto. Este Depor, especialmente en casa, no está para grandes aventuras. Tampoco me conformo con la frase tan manida: “Es lo que hay”. No. Siempre quiero más. Esta es mi reflexión. Ver jugar a los blanquiazules aburre. Falta orden, falta gol, las bandas no existen... Bueno, sí, existe una banda, la de Tribuna. No sé por qué razón la mayor parte del juego se desarrolla por esa zona. La otra no existe. Un aficionado me dice con ironía que es Lendoiro el que obliga a jugar por esa demarcación. Todavía hay más. Al Depor le falta pillería en los saques de esquina. Todos los jugadores van al primer palo. Hay numerosos balones que mueren por esa zona sin que nadie aporte soluciones a ese desperdicio tan clamoroso. Y qué decir de los centros al área… Y lo cómico. Existe quien va al estadio a contar gaviotas. “Es que me aburro” me explica una futbolera habitual.
Viendo como lo hacen los chavales de Vázquez en casa, me resulta inexplicable que lejos de su ambiente sumen ya tres victorias. No encuentro explicación, pero lo celebro. Y la otra cara de este Deportivo la encontramos en el control del club. Con el Mirandés a la vista, las elecciones a la presidencia no dejan indiferente a nadie. Conozco a socios que, mientras Lendoiro sea presidente, no volverán a Riazor. Otros, que si Conchado se presenta y sale elegido, romperán el carnet. Estiman que “salimos de Guatemala para meternos en Guatapeor” y los hay expectantes ante la candidatura de Paco Zas, al que pocos conocen, y que se acaban preguntando cómo, con la crisis que existe y viendo la complicadísima situación que se vive, los hay que todavía tienen ganas de luchar por un nuevo proyecto para el deportivismo.

Un Deportivo desconcertante

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