El pacto del desconcierto

edios de comunicación, analistas y políticos, empresarios y gran parte de la sociedad mostraron su perplejidad y preocupación ante el pacto entre PSOE-Unidas Podemos y EH-Bildu para la “derogación integral de la reforma laboral” que califican de una deriva errática del Gobierno a cambio de los cinco votos aberzales innecesarios.  
Es normal que en el Ejecutivo haya distintas sensibilidades, pero el choque continuado entre sus miembros solo se explica por falta de criterio y dirección del presidente que no tiene más proyecto de país que su supervivencia engañando a todos. Si es verdad que ocultó las negociaciones de este pacto a la vicepresidenta de Economía  “no hay más preguntas, señoría”, eso lo explica todo. 
A su lado está el señor Iglesias que ejerce de “copresidente” y manda con su cansina radicalidad. Desde la irrupción de estos dos personajes en la vida pública el país estuvo bloqueado varias legislaturas y ahora, instalados ambos en el gobierno, les sobra ambición y afán de poder y les falta capacidad de gestión. 
Y les falta entender la realidad. La reforma laboral fue una adaptación del marco laboral español al marco laboral europeo y seguro que necesita retoques, pero en este momento es el sostén de los ERTE que protegen los empleos e hibernan a las empresas. Su derogación crearía un caos económico sensacional espantando a los empresarios y llevando al paro a millones de trabajadores. 
Con pactos como este el Gobierno consiguió asombrar a Europa e instalar más incertidumbre en la economía y sociedad española que ahuyenta a inversores y empresarios e inquieta a los ciudadanos. Y detrás de la incertidumbre está la ruina. 
Estos días vuelven a la red las palabras de Sánchez sobre los males que recaerían en  España con Podemos en el gobierno, con el que nunca pactaría porque “llevan al país por la deriva de la Venezuela chavista, a las cartillas de racionamiento, a la falta de democracia, a mayor desigualdad y pobreza”. Pues en ese camino estamos, en una “podemización” de la política española. Es su gran logro.   
No es una buena mochila para ir a Europa a pedir y yo no sé si España necesitará el rescate económico u otro tipo de ayuda. Pero lo que sí necesita es el rescate del buen gobierno con una gran dosis de valores democráticos y constitucionales para recuperar la estabilidad interna, la confianza de empresarios y ciudadanos y la credibilidad de los socios europeos. 
No hay “plan B”, la alternativa es el modelo chavista que Sánchez quería evitar y acertaba antes de pactar con Podemos y se equivoca ahora. “Retroceder es fácil, solo tenéis que avanzar por donde vais”, dice  El Roto en una viñeta reciente. Es para echarse a temblar. 

El pacto del desconcierto

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