PROMESAS INCUMPLIDAS

El desahucio “frustrado” de una mujer y sus tres hijos de su piso del número 30 de la calle de Antonio Noche hizo que  ayer hubiese quien viera similitudes con el caso de Aurelia Rey, pese a tratarse de dos situaciones muy diferentes. En cambio, lo que sí devuelve al primer plano es el compromiso entablado hace algunos meses por los políticos de modificar la ley para proteger a las personas que se encontrasen en situaciones de especial vulnerabilidad. Sin embargo, a la vista está que se trataba de pura retórica, puesto que Elisabeth Sanlés y sus hijos están a punto de quedarse en la calle.

PROMESAS INCUMPLIDAS

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