Filantrocapitalismo

En 2008 Matthew Bishop y Michael Green publicaron “filantrocapitalismo” palabro que explica el proceso de megadonaciones realizadas por millonarios planetarios como Warren Buffett y Bill Gates. Ambos se comprometieron dedicar 68.000 millones de dólares a paliar grandes pandemias, como erradicar la malaria o luchar contra el cambio climático. Vivimos tiempos en que los gobiernos parecen incapaces de dar respuesta a los problemas globales, atenazados por corporaciones multinacionales que dibujan el devenir de todos, priorizando lo que toda empresa tiene como premisa inexcusable, maximizar su beneficio. 
Es una deriva perniciosa de nuestro tiempo la velocidad de acumulación de riqueza en pocas manos, agrandando la brecha de la desigualdad, desdibujando un reparto justo del valor creado. Parece quebrado el contrato social de los 70 y se hacen más necesarias que nunca nuevas bases que equilibren el beneficio adquirido por pocos con el avance del bienestar. Si no somos capaces de articularlo pronto con inteligencia, sosiego y generosidad se aventuran tiempos convulsos, como otros en nuestra historia.    
En A Coruña estos días fue noticia la donación finalista de Amancio Ortega de 320 millones de euros para dotar de aparatos de detección del cáncer los hospitales públicos. Me enorgullece que tengamos un empresario de ese perfil en nuestra ciudad y me perecen estériles, por maliciosas, las críticas a su gesto. Aunque sin ninguna duda su mayor aportación al bien colectivo es mantener toda su estructura central en Arteixo. Nada sería igual en A Coruña, después de esta crisis que parece no terminar, si Inditex no existiera. Sin ninguna duda sus actos de filantropía aumentarán los próximos años. Me sumo a quienes agradecen su gesto.   
La sanidad junto con la educación y el sistema de pensiones, son las joyas de la corona de nuestra arquitectura del bienestar. Un marco público justo orgullo de todos, que dota de tranquilidad a los ciudadanos ante las principales necesidades vitales. Saber que cuidarán de ti cuando enfermes, que todos pueden acceder a una educación de calidad y que después de una vida de trabajo el Estado amparará tus años de jubilación son tres pilares sobre los que construir una sociedad justa y por los que merece la pena luchar, especialmente ante las señales de alarma provocadas por sus actuales gestores. Las ineficiencias del sistema son evidentes, ligadas a la necesidad de mejoras en los estándares de vida que toda sociedad tiene como objetivo, algo irrenunciable. Pero el gesto de las donaciones lo veo como un avance y no como un retroceso.  
No quería pasar por alto la decisión tomada por Mar Barcón de dejar su acta de concejal. Ya sabe cuánto lamento su decisión, comprendiéndola. Solo me queda agradecerle en el alma todo lo que aprendí de ella como política, pero especialmente como persona. Difícilmente conoceré a alguien con más sensibilidad hacia los problemas de los ciudadanos, a los que dedicó ejemplarmente muchos años de su vida. 

Filantrocapitalismo

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