Un gobierno de izquierda ¡Menos mal!

la libertad que me da la independencia me permite hoy hacer esta reflexión que, seguramente, sería calificada de interesada en caso de tener algún carnet de partido. ¿Ustedes se imaginan la que tendríamos montada si esta horrible crisis sanitaria ocurriera bajo un ejecutivo de la derecha? Hay antecedentes. Cuando sucedió el episodio de Ébola, que se saldó sin un solo fallecido, el ahora presidente Sánchez,se apresuró a pedir dimisiones inmediatas del gobierno, empezando por el entonces presidente Rajoi y a continuación la izquierda se lanzó a la calle con más de mil manifestaciones para protestar por el sacrificio de un perro que, según los expertos, podría portar el virus, aunque no estaba confirmado. La prensa “progresista” como le gusta autodenominarse, fustigó al gobierno al que acusó de negligente en la gestión de la enfermedad de aquella enfermera que, aún hoy, goza de buena salud.
Puestos a imaginar, les será sencillo pensar en la reacción de Ferreras, el de la Sexta, o de la Barceló de la Ser o de un largo etc con el que no les voy a cansar. Lo que hoy es todo comprensión con los errores del ejecutivo de Sánchez, se tornaría en ira desmedida y llamamientos a manifestarse en las calles, ante la sede de un partido o ante las delegaciones del gobierno. Lo que nos faltaba vaya. A Rajoi le persiguieron con sus “ hilillos de plastilina” del caso Prestige, a Sánchez le perdonan que sus homologaciones anunciadas sobre las pruebas chapuceras adquiridas no se sabe donde hubieran podido producir errores de diagnósticos de incalculables consecuencias. O si alguien de aquel gobierno de la derecha, hubiera alentado a manifestarse a favor de la vida en una multitudinaria aglomeración de personas por las calles de toda España. Tal sucedió con el ocho de marzo con catastróficas consecuencias y, aún hoy, nadie ha pedido perdón por tan irresponsable convocatoria, es más, la ministra de igualdad y vicepresidenta consorte, no sólo no pide perdón si no que acusa de machismo a los que critican aquellas manifestaciones que fueron convocadas cuando, según el ministro astronauta, el gobierno ya sabía de la gravedad del problema. No solo eso, sino que la ministra de igualdad dice que también Vox hizo un acto aquel fin de semana y que se celebraron partidos de fútbol. Amén de que Vox pidió perdón por ese acto que nunca debió de celebrarse, olvida la ministra que ella es parte del gobierno y que bajo su responsabilidad debieron haberse prohibido no solo el acto de Vox si no toda concentración de personas que bien podían haberse contagiado al participar en esas conglomeraciones. De hecho, prácticamente toda la cabecera de esa manifestación acabó infectada por el virus incluida la propia ministra podemita. Recuerdo también cuando la compañera del presidente Feijóo dio a luz a la criatura de ambos, le llovieron las críticas por acudir a una clínica privada en la que trabajaba el ginecólogo que la atendía desde hacía muchos años. Nada que ver con el aplauso y el silencio que recibió la vicepresidenta Calvo al tratarse de su coronavirus en la prestigiosa y privada clínica Ruber de Madrid.Así son las cosas cuando la izquierda gobierna. Entre aquellos “hilillos” a los que me referí y el “no hay riesgo de epidemia en España, como mucho cuatro contagios importados” como anunció el portavoz del gobierno de Sánchez hay 5.000 muertos de diferencia, pero esto no merece hemeroteca para la prensa “progresista”. Por todo ello y mucho más para lo que no tengo espacio aquí, me alegro de que no haya un gobierno de derechas ahora en España porque tendríamos dos graves problemas : el virus y la revolución callejera. Dicho está y el paraguas abierto…

Un gobierno de izquierda ¡Menos mal!

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