DISCURSO DE REALISMO

Discurso regio. Tercer e importante gran discurso. Tras el de la proclamación, espléndido; el de los premios Príncipes de Asturias, con enorme ahínco en impulsar y estimular la fe en nuestras capacidades como pueblo y país, sigue éste, el primero como jefe de Estado en Navidad. Muchos esperaban tal vez más. Una alocución directa a la situación procesal de su hermana. Otros han querido leer entrelíneas esa implícita postura, cortar de raíz todo comportamiento corrupto. Pero el rey prudente y discreto tal vez no podía traspasar ciertas barreras. Todos sabemos que no es un discurso que escribe de puño y letra, que pasa el filtro del Gobierno. A diferencia de otros o del resto de discursos la impronta de Casa Real puede llegar a ser significativa. Entre el poder llegar y el ser está la línea que marca el gobierno de turno. Lanzado éste en vender la idea de recuperación y que la crisis es historia ya, crítico el Rey al afirmar la inaceptabilidad del desempleo en nuestro país.
Corrupción, desempleo y unidad. Ejemplaridad, regeneración y diversidad marcaron el tono, el mensaje, la esencia y contenido del discurso. Reconocimiento a los problemas y las adversidades más graves que afronta este país. Los enormes desafíos y que no son sino el reflejo del hastío que siente buena parte de la ciudadanía. El rey reina, no gobierna, pero no está alejado del sentir y el conocimiento real de los problemas de los ciudadanos. Dosis de realismos, aunque tal vez, exceso de prudencia.

DISCURSO DE REALISMO

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