PIM, PAM, PUM

Froilán, el pobre, se descerrajó un tiro en un pie, en la finca de su padre, el Sr. Marichalar. Un desgraciado accidente. Sin embargo, el inmisericorde gracejo español ha sacado punta al lamentable asunto (recordemos que estamos hablando de un menor), y ya circulan por ahí sus gracias: que si Froilán y la deuda se disparan, que si el pie de determinada marca de helados sale ahora al mercado con un agujero y el último que me ha llegado, referente al Rey, al cual se le achaca esta frase “No hay que preocuparse demasiado por el asunto, Froilán ha cumplido con algo que pertenece a una antigua tradición familiar”. Algo completamente falso –y con muy mala leche– aludiendo a cierto accidente de armas que tuvo su Majestad el Rey hace mucho tiempo.

Nadie está a salvo de las gracias del pueblo español, probablemente desocupado, para parir estas maldades. Con casi seis millones de parados, hay personas que no saben cómo emplear su tiempo libre. Mientras, en el Congreso se prepara el verdadero pim, pam, pum, con el debate de las enmiendas a la totalidad del presupuesto.

Una pérdida de tiempo; el Partido Popular va a sacarlo adelante con su mayoría absoluta, así como el recorte de 10.000.000.000 de euros extra, entre sanidad y educación (mejorando la gestión, dicen), el requetepago de la sanidad, y cualquier democrática medida que se les ponga en los cojones. Tentado estoy de regalar en el Congreso escopetas de caza a todo bicho viviente.

PIM, PAM, PUM

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