LAS MOTOS DE RUBALCABA

No están los tiempos para jugar con las palabras, ocultar la realidad, ni para aplazar unas decisiones, que aunque incómodas, son inevitables. Eso fue lo que hicieron Zapatero y Rubalcaba durante 8 años y así ahora nos luce el pelo.

En contraste con esa actitud cobarde e irresponsable, el Gobierno del Partido Popular tiene un guión valiente, claro y decidido, del que sólo se aparta cuando se ve obligado a sortear las minas que dejó el PSOE en el camino.

Porque esa ha sido la única estrategia marcada por Rubalcaba en cuanto supo que no ganaría las elecciones. Decir “yo no fui”, poner obstáculos y tratar de endosarle el muerto al PP.

Además, los socialistas sabían perfectamente que dejaban un incendio descontrolado y al país intervenido de facto. Incluso algunos en petit comité hacían sus números y se frotaban las manos con la posibilidad de que esa circunstancia les devolviese el poder en poco tiempo.

Pero lo más impresentable es que los mismos pirómanos que ocultaron un agujero descomunal en las cuentas públicas del Estado de más de 20.000 millones y que dejaron a la sanidad contra la cuerdas, pretendan ahora, con total cinismo y desfachatez, vendernos la moto vieja y averiada de que mientras gobernaron, “evitaron la intervención de España”.

Para intentar apagar ese fuego, el Partido Popular está adoptando una serie de medidas tan impopulares como inevitables que suponen un lógico desgaste electoral. Pero más vale perder unas elecciones que el futuro de generaciones. Aunque por otro lado, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, el PSOE no llega a subir ni un punto en intención de voto. Por algo será.

LAS MOTOS DE RUBALCABA

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