Un acuerdo esperado por ser fundamental

Al final, sobre la bocina, llegó la fumata blanca que tantas empresas y trabajadores estaban esperando y “habemos prórroga”, de los ERTE, por supuesto. Y es que no podía ser de otro modo si de verdad lo que quiere el Gobierno es que, poco a poco, el país vaya recuperando la actividad y, al mismo tiempo, evitar el cierre de empresas. Cuesta comprender la razón de que el suspense se haya mantenido hasta el último momento, sobre todo teniendo en cuenta que, desde el Ejecutivo, se ha señalado siempre a los ERTE como la herramienta perfecta para que las cifras de parados no se dispararan hasta la estratosfera. Al final, lo dicho, hay acuerdo y, al menos hasta septiembre, las cosas seguirán igual. 

Un acuerdo esperado por ser fundamental

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