Tone se hace catalán

Tone Gómez-Reino, el pijo coruñés que para intentar ocultar sus orígenes firmó a favor de la liberación del sanguinario De Juana Chaos, es un tipo de lo más peculiar. Su capacidad de fabulación –polo mundo adiante cuenta que de pequeño vivía en un barrio obrero, afirmación que pone los pelos de punta a todos los que fueron sus vecinos en Maestro Mateo– es tan maravillosa como la que tiene para no hacer nada; se pasó un montón de años en los Alpes rascándose la barriga –quienes le conocen bien aseguran que llegaron a sangrarle las yemas de los dedos–, un tiempo durante el que se aficionó a viajar, sobre todo por el mundo virtual. En uno de esos desplazamientos ficticios sufrió una metamorfosis y se convirtió en madrilego. Desde ese momento dejó de importarle Galicia y solo le preocupan Soria, Burgos... hasta Cataluña. De hecho, ha afirmado que el acuerdo que dio origen de su candidatura enxebre incluye el derecho a la autodeterminación de Cataluña. ¡Lógico! Escolta, tú, votamos a En Común-Unidas Podemos y adeu España. Pues votemos, Pep ¿o te llamas Pepiño?

Tone se hace catalán

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