En Marea se ha reinventado para llegar al mismo sitio. El plenario del sábado sirvió para fijar el espacio que la formación que fue rupturista y luego rota quiere ocupar en el arco político y la definición no puede ser más simple: el sitio que no ocupan ni PSOE, ni Podemos ni el BNG. Es decir, poco menos que una baldosa por la que pelean otras formaciones como Anova y la que saldrá de la propia escisión de En Marea y que, mientras nadie diga lo contrario, sigue siendo también En Marea. Jamás la izquierda estuvo tan fracturada y con tantos candidatos autoproclamados para encabezar la revolución. Muchos se quedarán por el camino.