OBAMA recibió el Nobel de la Paz –¡que tiene tela!–, pero acabó demostrando que alguna justificación había para concedérselo, pues evitó cualquier acción violenta cuando ZP aterrorizó a toda la Casa Blanca al presentarse allí con sus hijas góticas. Sin embargo, tanto debió marcarle aquella espantosa visión que ahora cuando se encuentra a un español le da la razón para librarse del peligro de un susto mortal. Así lo hizo con Rubiales, o al menos eso cuenta el presidente de la Federación, a quien dio la enhorabuena por su contundencia para destituir a Lopetegui... En dos días aún va a querer ser Manolo el del Bombo. Qué capacidad de fabulación.