Resulta triste que no sirvan para nada las advertencias de los responsables de seguridad pidiendo a los ciudadanos que no se acerquen a la costa cuando hay decretada una alerta. El mar se llevó ayer a tres personas en el faro ferrolano de Meirás. Mientras, en A Coruña, varios turistas estuvieron a punto de ser también arrastrados cuando habían bajado a la arena saltándose las prohibiciones establecidas por Protección Civil. Por más énfasis que se ponga en las advertencias, parece que no aprendemos ni cuando las imprudencias se cobran vidas.