Rezar no sirve como vacuna

Es una pena que los judíos se quedaran en el Antiguo Testamento y no asumieran a Jesús como hijo de Dios. De ser así, harían suyo eso de “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Y claro, como están solo con lo de Dios, las autoridades de Israel han tenido que mandar al Ejército a controlar las calles de Bnei Brak, uno de los bastiones ultraortodoxos del país y en el que sus habitantes consideran que el mejor (y único) modo de luchar contra el coronavirus es rezar, tal y como les recomiendan sus rabinos. Por ello, tras murmurar algunas oraciones, se echan a la calle como si su acto les sirviera de mascarilla invisible o vacuna infalible contra esta pandemia. Por ahora, con su actitud, han conseguido que los casos de contagio crezcan exponencialmente y que su urbe se haya convertido en el mayor foco de transmisión de la enfermedad de todo el país.

Rezar no sirve como vacuna

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