EL CONSTRUCTOR

En el Rosalía, prácticamente lleno, debutó la compañía Adentro Teatro con la obra “En construcción”, firmada por los también únicos actores Nelson Dante y Carolina Román, dentro del ciclo principal de la temporada. La dirección corresponde a Tristán Ulloa que escenifica las andanzas, ilusiones, esperanzas y fracasos de una pareja de emigrantes argentina en Madrid. Capital visualizada con proyecciones y una escenificación anoréxica y light. También se insertan fotografías de emigrantes gallegos a Sudamérica, durante el siglo XX, embarcados en La Coruña.
Los diálogos se abren a la intimidad de los protagonistas y sus evocaciones de niñez y juventud. Muchas veces quedan en simples monólogos de confesiones personales. Tampoco comprendemos el victimismo propagado por los autores. ¡Naturalmente que hay que proteger la cultura y fomentar el teatro! Pero se imponen los recortes al igual que tantas cosas primordiales en época de crisis. Recordemos que desde el carro de Tespis recorriendo Grecia el arte dramático siempre ha estado en crisis y su propia debilidad le ha dado fortaleza para subsistir.
Alforjas. Caminos. Caminantes. No hay camino sin técnicos operativos que lo construyan. Lo demás son milongas. Como la frase de Sole a Pablo. “Extranjera… empieza por “extra”… ¿Qué es eso?... ¿Enriquece o sobra?... ¿Es estar de más?...”. Los emigrantes saben mejor que nadie la dicotomía entre el amor por la propia tierra y la añoranza hacia el nuevo país elegido. Lástima que las palabras de Carolina Román se pierdan en un murmullo alambicado de frases y que la actuación de Nelson Dante –firme, estructurada, provocadora con el público–- se eluda con rasgueo de guitarra que no suena. Acaso se salva el equilibrado tango, primorosamente bailado por la pareja. Un fresco actual perdido en el frenesí de las almas: una persigue fantasmas; la otra, seguridad…

EL CONSTRUCTOR

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