Abrir las ventanas de una vez para que entre aire fresco

Pasó lo que pasó. Que es lo que pasa cuando no se sabe escuchar, cuando uno se encierra en su torre de marfil convencido de que ha sido llamado a liderar un destino en lo universal, que decía el viejo general. Lo que pasa cuando se designa a los cabezas de lista con criterios personalistas y gregarios, convencidos de que “está bien hecho porque lo hago yo “. O cuando se utilizan las listas para atrincherarse en ellas, buscando mas impunidad que inmunidad, aunque sea a costa de contraprogramarse a uno mismo, prometiendo como candidato lo contrario de lo que hiciste como ministro. Porque al final difícilmente puedes transmitir entusiasmo por un proyecto al que respetas tan poco, que lo utilizas para fines tan miserables.
Y pasó lo que pasa cuando la gente está harta de que uses su voto contra ella, y no hagas ni puñetero caso a sus opiniones, sensibilidades y sentimientos. Lo que en el fondo no es mas que intentar patrimonializar su voto, ignorando que tan solo lo tienes prestado, y por poco tiempo. Porque si gastas el dinero publico en rescatar los bancos (que te han dejado sin vivienda, y aun se oponen a la dación en pago para terminar de expoliarte, que te han intentado robar los ahorros de toda una vida con productos que no entendías abusando de tu confianza, que te hunden tu negocio porque te niegan el crédito, y así hasta un largo etcétera, sin que ninguno de los dirigentes que han hundido la entidad hayan sido denunciados por la fiscalía publica, ni se les haya obligado a devolver las cifras escandalosas que han cobrado por su gestión pésima, cuando no corrupta), y ademas ese rescate ha coincido en el tiempo con el recorte en los servicios públicos mas necesarios, mas queridos, y mejor valorados, la respuesta del electorado es clara: que te vote la banca. Lo malo es que lo único que le queda a los ciudadanos es su voto. Lo bueno es que saben que con su voto cambian gobiernos.
La gente necesita entusiasmarse, ilusionarse, con lideres sensatos y capaces, con proyectos honestos, con discursos inteligentes y comprensibles. Y detesta profundamente que se la intente engañar con candidatos incapaces de decir algo mas allá de una consigna diseñada por asesores de marketing;  detesta que la consideren tan idiotas como para mover su voto en base al “y tu más”. O que les pidan su voto para el proyecto europeo, con argumentos como el presunto machismo de un candidato, o la presunta incapacidad intelectual de una candidata. Así que lo mas lógico es dejar que sigan poniéndose a parir, mientras buscan opciones mas sensatas a las que votar. Otra cosa es que las encuentren. En eso por lo menos, seguimos siendo un país sensato y tolerante, digan lo que digan. Preferimos votar una incógnita simpática y prometedora antes que una certeza de extrema derecha. Y es que ese es el aspecto mas preocupante; la política impulsada por el cortoplacismo y la estrechez de miras de Merkel ha sido el caldo de cultivo de una extrema derecha que se encuentra con un campo abonado con el que jamás habían soñado. Otro motivo importante para el cambio de rumbo en la política social y económica que la ciudadanía viene reclamando. Cambio de rumbo, que con un cambio ético y moral, conjunta e indivisiblemente, sacó a la calle el movimiento de los indignados. Movimiento que Podemos traduce al escenario político y parlamentario, en una tarea tan titánica como incierta. Si lo consiguen habrán hecho historia y lo que es mas importante, abrirán una brecha en un sistema obsoleto que necesita reinventarse para entrar en el siglo 21, y generar una sociedad post crisis mas justa, democrática y participativa. Si no lo consiguen, o si se contagian de los males que pretenden combatir, serán otro elemento de fragmentación que sumar a los UPyD, Ciudadanos, y otras plataformas políticas basados en el fuerte personalismo de dirigentes temporales y transitorios. Pero lo que es peor, sembrarán un sentimiento de frustración que alejará del sistema político a mucha gente ilusionada que tiene mucho que aportar. Aunque solo sea por eso, el éxito de Podemos es una bocanada critica de aire fresco al que le deseo lo mejor. Por el bien de Europa y de la democracia participativa.

 

Abrir las ventanas de una vez para que entre aire fresco

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