La economía, contagiada

el coronavirus está haciendo estragos en la economía mundial. Ya se dijo al conocerse los primeros casos, que el virus, hoy convertido en pandemia, era un claro “cisne negro” que podría arruinar el inicio de un cambio de tendencia. Hace un mes más o menos, los datos macroeconómicos empezaban a mostrar una leve tendencia positiva, sobre todo en Europa. La clara ralentización de los primeros trimestres del año 2019, con especial preocupación por Alemania, Italia e incluso España, daba paso a un ligero optimismo.
La economía española, por ejemplo, dio un respiro en diciembre. No en las cifras de paro, pero sí en otras como el consumo o la inversión. Sin embargo, duró poco. En enero, las cosas volvieron a torcerse, a pesar de los mensajes optimistas del Gobierno. El desempleo siguió descontrolado y los daños de las subidas del SMI y de las intenciones de derogar la reforma laboral fueron ya patentes. Ahora, además de las medidas irresponsables del Ejecutivo y con el coronavirus haciendo de las suyas, vamos a ver qué nos dicen las cifras. Obviamente, no van a ser buenas. Las empresas han perdido miles de millones en bolsa, el SMI ha vuelto a subir y la derogación de la reforma laboral va tomando cuerpo. Han empezado por el despido por bajas médicas continuadas y van a seguir por las subcontratas, los convenios y demás.
Lógicamente, las empresas y los autónomos ya están tomando decisiones que serán letales para el empleo y su continuidad en la actividad. Las empleadas de hogar, los agricultores, los autónomos en general ya están sufriendo mucho. La reacción del campo está siendo durísima y, aunque el Gobierno aprobó ayer medidas, ni están bien dirigidas, ni resuelven los problemas más acuciantes. Vamos a ver este “cisne negro” cuánto dura, hasta dónde llega y el daño que causará. El virus da miedo, pero también la pasividad del Gobierno.  

La economía, contagiada

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