Unos pactos, de La Moncloa, como aquellos

l anuncio u oferta del presidente Sánchez sobre unos nuevos Pactos de La Moncloa es un hecho de gran importancia en esta tremenda etapa del estado de alarma. La trasendencia del tema comienza con la equiparación que se hace de la situación presente con la que había en España al comienzo de la Transición, cuarenta años atrás. En aquel entonces se produjo la unidad de las grandes fuerzas políticas en torno a Adolfo Suárez y el entonces Rey Juan Carlos. Se sugiere repetir la jugada, claro que desde la distinta situación de los entonces Rey y presidente del Gobierno y quienes hoy ocupan sus puestos, es decir Felipe y Sánchez, con las diferencias marcadas ahora por la Constitución.
Pues si entonces hubo unidad política, también hoy puede haberla, por la importancia de la similitud entre ambas situaciones, digo semejanza, no igualdad, evidentemente. Ahora tendrán que ser unos Pactos muy distintos lógicamente, aunque también muy importantes. Y con los partidos más significativos dentro, por supuesto empezando por el PSOE, el PP y Podemos, en los que se incluye lo más significativo del panorama ideológico más una presencia de la España autonómica. Porque en definitiva han de estar todos los sectores que representan a la España plural y a la España histórica y presente, porque todos tienen el derecho y seguramente el deber de estarlo.
En los días que falten para tomar una decisión sobre el tema, el presidente y su Gobierno tienen que reunirse, aunque sea telemáticamente, con los líderes de los partidos y reconocer, si han cometido los errores básicos de las quejas, como las presuntas negativas a reconocer su papel en las grandes decisiones que se adopten. El Gobierno tiene que saber que es su obligación. Por cierto, supongo que se habrá hablado con Miquel Roca, que acaba de hacer unas maravillosas declaraciones en la SER en las que trasluce el enorme papel que desempeñó en aquel histórico trance. Todos los líderes de entonces dejaron un legado ahora imprescindible para orientar las soluciones que se necesitan.
Los Pactos de La Moncloa de hace cuarenta años deben estar presentes en los de ahora, en su generosidad y en su responsabilidad histórica. Los líderes actuales tienen que estar a la altura de aquellos, aunque ya sabemos que esto va a ser muy difícil, a juzgar por lo que conocemos de ellos, algo que a mí personalmente me llena de vergüenza y de dudas. Suárez, Felipe González, Carrillo, Fraga no necesitaron cambiar de ideología para entender que su deber era conseguir el buen entendimiento para facilitar una tarea histórica. Pues eso es lo que esperamos de los de ahora para esta otra tarea distinta pero de importancia paralela en las grandes valoraciones.
Esa tarea se facilita en estos días, en los que se informa de la disminución de fallecimientos y contagios en una medida que permite la esperanza de una pronta y seria variación del panorama de la pandemia. Casi todo el mundo, empezando por el gremio sanitario, lo está haciendo muy bien. Es visible que el sentimiento de solidaridad y la grandeza del alma brillan como nunca en estas semanas y que tenemos un gran país que va a garantizar la pronta salida de este infierno. Todo lo que digo está presente en los aplausos y cánticos diarios en los balcones a las ocho de la tarde, emocionantísimo espectáculo que nunca había imaginado.

Unos pactos, de La Moncloa, como aquellos

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